Centro Okinawense en la Argentina
OKINAWA
OKINAWA, Shimanchu nu takara (EL TESORO DE LOS ISLEÑOS)
Por Paula Nerome, Exbecaria de Okinawa 2008

Okinawa, lugar encantado. ¿Cómo saber por donde empezar a contar mi historia? Por el comienzo, claro.

Mi nombre es Paula Nerome, soy argentina descendiente de japoneses (o sea Nikkei). Nunca imaginé viajar y conocer Okinawa.Y esa posibilidad llegó cuando me gané una beca de estudio por un año justamente allí. Y aqui mi experiencia...

En abril del 2008, me encontré preparando las valijas para un viajecito, algo fuera de lo normal, DESTINO OKINAWA.

Mi vida en ese entonces era trabajo, alguna salidita el fin de semana, clases de japonés martes y jueves, mates de domingo por la tarde con alguna amiga... y demás cosas que hacemos cuando andamos por los veinti-"pico".

Otra cosita que me gustaría compartir es que amo viajar, no hablo de vacaciones de descanso ni de "turisteadas" fugaces. Hablo de viajar con el corazón hacia el corazón de ese destino, y descubrir allí su gente, su "espacio-tiempo", su cultura.

Me apasiona viajar por Argentina, por Latinoamérica, mi tierra, mi lugar, re-descubrirme en ella y maravillarme. Pero luego de un par de idas y vueltas me pregunte, ¿Por qué no viajar hacia mi otra parte ancestral, al pueblo de mis abuelos, porque no recuperar el idioma, y también entender un poquito más como es esto de "nihon", "la cultura japo", "Okinawa"?. Mientras bajaban todas estas imágenes, de repente, me encontraba embarcando en Ezeiza, rumbo a esta pequeña idea que se transformó en una inmensa realidad.

En fin, luego de tres días de viaje aterricé en el aeropuerto de Naha (capital de Okinawa), recibiéndome con un vaho de calor increíblemente húmedo y pesado. Con esa sensación de pegoteo en la piel, comenzó mi viaje por Okinawa.

Esta pequeña isla de no más de 2.300 km2 de superficie y un 1.4 millones de habitantes, tiene un clima tropical, es decir, un sol enorme que reluce el turquesa del mar y el verde intenso de una vegetación que no deja de crecer por todas partes. Naha, se encuentra ubicada en la zona sur. Yendo hacia la zona norte va disminuyendo la población y aumentando la vegetación y las zonas vírgenes. Por supuesto, las playas son increíble increíbles en todo lo largo y ancho de la isla.

Ahora una breve reseña de historia...

Antiguamente Okinawa y las pequeñas islas que la acompañan eran llamadas Reino de Ryu Kyu, un territorio independiente con cultura e identidad propia. Este reino recibió gran influenciada de China véase en los colores de las ropas o el sanshin (guitarra de tres cuerdas) entre otros. Luego en el año 1870, y luego de haber sido invadida por el clan Satsuma de Japón por el año 1609, se anexa a Japón introduciéndose la cultura japonesa en Okinawa, por lo cual en las escuelas se deja de hablar el uchinaguchi (lengua nativa okinawense), introduciéndose obligatoriamente el idioma japonés.

Por eso, hoy en día, en general los jóvenes okinawenses a pesar de que sus padres hablen con sus abuelos en uchinaguchi, solo hablan japones. Es muy interesante, ya que el uchinaguchi se conserva mas puro en las familias inmigradas (sea Argentina, Brasil, etc) que en Okinawa. Esto se debe a que estos inmigrantes okinawenses no fueron obligados a dejar de utilizarlo, y tampoco fueron expuestos a la "evolución" o cambios que se producen en el entorno natural.

Quisiera hacer mención de un hecho ineludible para todo okinawense, para todo uchinanchu. A fines de la segunda guerra Okinawa fue el único territorio donde los soldados norteamericanos lucharon cuerpo a cuerpo contra los supuestos soldados japoneses. "Supuestos" soldados que en realidad un gran porcentaje de ellos fueron okinawenses civiles. Como lo fueron las estudiantes de enfermería de Himeyuri, niñas de 15 años encerradas en una cueva resguardándose de minas y bombas de las que nada tenían que ver. De verse rodeadas de soldados desesperados por una gota de agua, cual carecían. Como así también de recibir heridos de muerte debiendo amputar con un cuchillo de cocina, y debiendo matar porque ellos mismos pedían el suicidio ante tanto sufrimiento (...solo niñas de 15 años recuerden!).

Durante la segunda guerra mundial, Japón perdió ante los Norteamericanos, y Okinawa fue cedida a los Estados Unidos volviéndose propiedad del mencionado país. Por lo tanto, hoy día entiendo por que en el vocabulario japonés hay tantas palabras provenientes del inglés (como cuchillo: en japonés naifu), y no sólo el idioma sino también las festividades, el calendario, la comida, la ropa, es decir, se introdujo la "modernidad", la occidentalización de Okinawa. Finalmente en 1972 Okinawa vuelve a ser parte de Japón.

Tras la segunda guerra mundial, muchos de los habitantes de esta población devastada y empobrecida, decidieron emigrar, viniéndose muchos de ellos a Sudamérica, principalmente Brasil, Perú, Bolivia y Argentina. He aquí mis abuelos, mi madre. Y ya nacidita en tierra Argentina... yo.

Actualmente en Okinawa pese al infernal conflicto bélico contra los Estados Unidos, pueden verse con normalidad soldados norteamericanos deambulando por ahí.

Como algunos sabrán Okinawa fue devuelta a Japón tras pactar la instalación de bases norteamericanas en el territorio de Okinawa, con la funcion de proteger a Japón de ataques bélicos. Es por esto que hoy día en esta pequeña islita se encuentran varias bases con miles y miles de soldados norteamericanos, los cuales uno puede encontrarse en la calle o al hacer las compras, y principalmente en Ginowan, Chatan o en los "bares nocturnos".

No podría dejar de mencionar el cerdo en todas las comidas, como en el sabroso Okinawa-soba (sopa con fideos con cerdo y verduras), y por supuesto si hablamos de bebida siempre que haya un encuentro de amigos o familia, no puede dejar de faltar una "orion biiru" (cerveza hecha en Okinawa, ¡podríamos decir que simboliza lo que es una Quilmes para un argentino!).

Ya no es lo mismo
decir "Hondo" (isla grande de Japón)
que Okinawa.

Y al escuchar un sanshin
me revive el sentimiento
alegre y relajado uchinanchu.

Me recuerdo
danzando el "eisa" (danza tradicional okinwense)
en el Bon Odori (fiesta de bienvenida a los muertos)
y no deja de escapárseme
una sonrisa.

O las noches de los viernes
compartiendo con mis amigos
uchinanchu,
coreanos,
filipinos,
una "Orion biiru".

Así como
las escapadas
a esas playas paradisíacas
luego de cursar
en la universidad,

o los sábados
descubriendo cascadas
y caminitos que te llevan
a un Café perdido
en medio de la montaña.

Recuerdo
los museos de la guerra
y la lágrima que intentaba
contener en mi ojo.

Increíbles
los encuentros con familiares lejanos,
vistos por primera vez,
y sentir sus corazones a punto de lágrima
al partir.


Ahora entiendo mas Okinawa y el sentimiento uchinanchu, ahora ya no es "el pueblo de mis abuelos", ahora es también mi raíz. Dejo de ser ese lugar lejano perdido al otro lado del océano.

Ahora entiendo lo que dice mi abuela, no sólo porque ahora entiendo el idioma, sino por que tuve la grandiosa oportunidad de viajar a Okinawa, y no en calidad de vacaciones o de dekasegui (inmigrantes trabajadores), sino como becaria, esto significa tener la posibilidad de aprender no solo el idioma, sino también de aprender de su cultura y sentimiento a través de la vivencia misma.

Estoy inmensamente agradecida. Muchas gracias a la prefectura de Okinawa, al Centro Okinawense en la Argentina y a la Universidad de Meio por permitirme vivir esta increíble experiencia.


Creo que, como dice un buen amigo mio,
"todo nikkei (okinawense o no) debería
tener la oportunidad de conocer OKINAWA".

 Paula Nerome.

P.D.: quien este interesado en saber mas sobre las becas, o simplemente conversar acerca de Okinawa, será una alegría recibir su mail, aquí dejo el mío pulinga@hotmail.com. Hasta la vista.




 

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